La mejor cocinera la aceiteraDe pequeño me decían que quemaba, y que no debia acercarme a el, y yo es de las pocas cosas que siempre he hecho caso, cuando la sarten está en el fuego me acerco con mucha seguridad y mucho cuidado, y mi madre siempre me enseñó que con una mano se sujeta la sarten y con la otra se echa la comida en el aceite, plantandola bien y soltandola hacia delante para que no te salpique...
Que inteligentes son las madres...para que no te salpique me dice, pero el problema es que al final todo salpica...
La vida es especialista en salpicarte siempre que puede, cuando mas tranquilo estas, cuanto mas desprevenido, zas quemado y despues corriendo al grifo para que el agua nos cure.
El agua del grifo corre y se lo lleva todo, te enfría en el momento pero si apartas la mano el dolor vuelve poco a poco, pasando de una sensacion agradable a una de dolor persistente, el dolor al mostrarlo nace como realidad, se llena de verdad.
Yo estoy muy acostumbrado al dolor, por que se que soy muy fuerte y como Leónidas lo voy a dar todo en el campo de batalla...un dia los trabajadores de Sintel se enfrentaron en la calle Genova PP, a todos los antidisturbios de Madrid, la batalla fué campal, pero empezo con una frase que nunca se me olvidará...
Enfrentados en la calle escudos contra obreros, el mando policial del escuadrón dijo que de esa linea ya no pasaban y V dijo:
"...ocupate de los tuyos que yo me ocupo de los mio..."
El resultado fué 10 policías al hospital 0 de los de Sintel.
Nunca vuelvas a atacar a los mios por que la próxima vez te mandaré al puto infierno
3 comentarios:
Es cierto que el ceite es muy doloroso, el que manda en la cocina porque nada se puede hacer sin él. Pero como todo en la cocina es regulable y cuestion de tener ojo.
Y una vez que te salpicas y quemas, se tiene más ojo. Se echa menos aceite, se baja el fuego...
Non bis in idem ( no dos veces sobre lo mismo)
Ladelmanojoderosas
El dolor tiene una cualidad: la temporalidad (el paso del tiempo y le hace desaparecer) y la mutabilidad ( en el momento es pesado como el hormigón, quema como el fuego y sabe amargo. Provoca la ira y la rabia. Pero poco después se convierte en paja, ya no pesa tanto, se enfría queda un regusto amargo e incluso podemos alegrarnos de no haber tomado determinadas reacciones. El dolor termina esfumándose como el humo, se enfría, no deja i sabor pero si recuerdo)
El recuerdo de que será devuelto de múltiples formas. Como lección ejemplificadora, cocmo superación personal, como lo quieras.
A pesar de que el dolor ha sido una constante que me ha acompañado, he conseguido tolerarlo, pero tiene su peopio proceso de asimilación.
La mejor defensa es un buen ataque. Vive hoy, lucha mañana¡.
Mrgreen
yo me quedo con Leónidas... ejem...
y con "una y no más, santo tomás"
BSS!
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